Publicado: 5 de Octubre de 2023
De acuerdo a un nuevo estudio, gritar, denigrar o amenazar verbalmente a los menores puede ser tan perjudicial para su desarrollo como los abusos sexuales o físicos.
El estudio, publicado en la revista académica Child Abuse & Neglect, revisó 166 trabajos anteriores para elaborar un análisis detallado a partir de la bibliografía existente sobre el tema.
Los autores piden que el abuso verbal infantil tenga su propia categoría de maltrato, para facilitar la prevención.
El maltrato infantil se clasifica actualmente en cuatro categorías: abuso físico, abuso sexual, abuso emocional -del que forma parte el abuso verbal- y negligencia, y este estudio puede servir de base a las estrategias de prevención y tratamiento.
A diferencia de otras formas de maltrato emocional, como la indiferencia, el tratamiento silencioso y ser testigo de violencia doméstica, los investigadores clasificaron el maltrato verbal como más "manifiesto" y afirmaron que "merece especial atención".
El estudio, encargado por Words Matter, una organización benéfica británica que pretende mejorar la salud infantil poniendo fin al maltrato verbal, fue realizado por investigadores de la Universidad Wingate de Carolina del Norte y el University College de Londres.
"El maltrato verbal infantil necesita desesperadamente ser reconocido como un subtipo de maltrato por sus consecuencias negativas a lo largo de toda la vida", afirmó en un comunicado la profesora Shanta Dube, autora principal del estudio y directora del Máster en Salud Pública de la Universidad de Wingate.
El estudio, que analizó el impacto de los gritos de adultos como padres, profesores y entrenadores, citó varios trabajos que sugerían que los efectos duraderos del abuso verbal en la infancia pueden manifestarse en forma de angustia mental, como depresión e ira; síntomas de exteriorización, como cometer delitos, consumir drogas o perpetrar abusos; y consecuencias para la salud física, como desarrollar obesidad o enfermedades pulmonares.
Jessica Bondy, fundadora de Words Matter, subrayó la importancia de comprender "la verdadera magnitud y el impacto del abuso verbal en la infancia".
"Todos los adultos nos agobiamos a veces y decimos cosas sin querer", afirmó en un comunicado. "Tenemos que trabajar colectivamente para idear formas de reconocer estas acciones y acabar con el abuso verbal infantil por parte de los adultos para que los menores puedan prosperar".
Este último estudio encontró que un potencialmente significativo "cambio en el abuso infantil puede estar ocurriendo", ya que la prevalencia de abuso emocional infantil ha aumentado mientras que el abuso físico y sexual han disminuido, según artículos de 2014 de la Organización Mundial de la Salud y otros cuatro documentos citados en el nuevo estudio.
Los investigadores también reclamaron la "necesidad de coherencia" en la definición del maltrato verbal infantil para que su "prevalencia e impacto puedan medirse adecuadamente y sea posible desarrollar intervenciones".
Los recursos disponibles en el sitio web Words Matter animan a los adultos a evitar los gritos, insultos, menosprecios o apodos al hablar con los niños, así como a pensar antes de hablar y dedicar tiempo a reparar la relación con el menor después de que se haya dicho algo hiriente.
Según una experta, no es lo mismo gritar "¡ponte los zapatos!", que insultar o menospreciar al menor por no hacerlo a tiempo. Así, la primera regla para gritar es abstenerse de criticar al otro, según explicó en 2019 a CNN Elizabeth Gershoff, profesora de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en la Universidad de Texas en Austin e investigadora sobre disciplina parental.
Considerar a la audiencia también es importante, agregó. Es probable que los niños pequeños solo absorban la frustración y no el contenido del grito, mientras que algunos niños responden de manera diferente a que les griten.
Ver noticia en: https://cnnespanol.cnn.com/2023/10/03/gritar-menores-perjudicial-abusos-sexuales-fisicos-estudio-trax/