Publicado: 18 de Mayo de 2023
La frase "un comprimido al día mantiene alejado el cáncer" es sólo una esperanza. Sin embargo, sí que existen fármacos que toman miles de personas en su día a día por diferentes motivos que han demostrado su eficacia para prevenir la formación de neoplasias. Entre ellos se encuentran la aspirina, la metformina o la píldora anticonceptiva. En cualquier caso, hay que leer la letra pequeña porque su consumo habitual también conlleva la aparición de efectos secundarios.
LA ASPIRINA
Cada vez hay más pruebas a favor del uso de la aspirina en pequeñas dosis diarias para prevenir trastornos cardiovasculares y protegerse contra ciertos tipos de cáncer (de colon, páncreas, hígado, próstata y ovario). "El beneficio se la aspirina se atribuye tanto a la inhibición de ciertos factores de inflamación que desempeñan un papel importante en el crecimiento tumoral, como al mantenimiento de un mejor flujo sanguíneo, que contribuye a reducir el riesgo de depósitos celulares metastásicos", explica Carmine Pinto, presidente de la Federación de Grupos Oncológicos Cooperativos Italianos (Ficog). "Ahora es importante llevar a cabo un estudio que confirme estos importantes resultados, demostrando además que los beneficios del uso regular de la aspirina superan con creces los riesgos de los posibles efectos secundarios de su ingesta", añade. Entre los principales efectos secundarios en su consumo a largo plazo se encuentra la formación de úlceras gastrointestinales y las hemorragias gástricas.
ANTICONCEPTIVOS ORALES
Varios estudios han centrado su atención en el efecto protector de los anticonceptivos orales (y también sus posibles riesgos). Hasta ahora existen pruebas de que tomar píldoras anticonceptivas regularmente durante un número de años determinado reduce la probabilidad de desarrollar cáncer de endometrio u ovario, pero podría aumentar el riesgo de padecer cánceres de mama, cuello uterino e hígado. "Los datos más sólidos son los relativos a los tumores de ovario", explica Pinto: "La causa se debe ría a la supresión de la actividad ovárica, pero aún no se conocen del todo los mecanismos reales de esta acción protectora. Cada cinco años de ingesta se reduce en un 20% el riesgo de enfermar, un aspecto interesante es que la protección se prolonga en el tiempo, persistiendo incluso décadas después del cese de su ingesta".
LA METFORMINA
La metformina, un fármaco oral utilizado habitualmente en el tratamiento de la diabetes, puede desempeñar un papel importante en la prevención de ciertos tipos de cáncer, tanto por su capacidad para bloquear la actividad de los factores que alimentan la proliferación celular y el microentorno tumoral, como por el control del metabolismo del azúcar y la reducción de la inflamación. De hecho, varios estudios sugieren que en los cánceres de mama, pero también de pulmón, gastrointestinales y de próstata, tomar metformina para la diabetes puede asociarse a una mejora de la supervivencia. La metformina también parece tener un efecto preventivo. Por ejemplo, su toma redujo el riesgo de desarrollar cáncer de mama en mujeres diabéticas en un 20-30%, un beneficio que es más evidente en mujeres que llevaban tomando el fármaco más de diez años.
ESTATINAS
Las estatinas, al reducir la síntesis de colesterol, se utilizan ampliamente para reducir los niveles de colesterol en sangre, con un beneficio demostrado para las enfermedades cardiovasculares. Además de su efecto cardioprotector, las estatinas presentan actividad antiinflamatoria y también antiproliferativa, lo que sugiere un impacto potencial en la prevención del cáncer. "Los primeros estudios parecen indicar una reducción del riesgo de cáncer de ovario en las mujeres que toman estatinas desde hace varios años", explica Pinto. Otros estudios sugerirían un papel protector de las estatinas en la aparición de tumores de las vías biliares (colangiocarcinoma y carcinoma de vesícula biliar) y hepatocarcinoma en pacientes con hepatitis crónica tanto vírica (HBC y VHC) como no vírica (enfermedad del hígado graso no alcohólico o NASD). Sin embargo, se trata de investigaciones que aún necesitan confirmación en grandes cantidades", añade.
ALOPURINOL
El alopurinol, ampliamente utilizado para reducir los valores de ácido úrico en sangre mediante la disminución del estrés oxidativo, también tiene un efecto antiinflamatorio, con posible actividad en la prevención del cáncer. Sin embargo, los estudios realizados sobre la ingesta de alopurinol y la reducción de la aparición de cáncer, en particular de próstata, han arrojado hasta ahora resultados contradictorios.
EL FUTURO: SUPER PÍLDORAS DE "BACTERIAS BUENAS" O ESPORAS
En un futuro próximo es posible que tomemos "super píldoras de 'bacterias buenas' o esporas", afirma este experto. De hecho, estudios recientes han demostrado que las bacterias buenas, entre ellas los lactobacilos y los bífidus, que habitan en nuestro organismo (especialmente en el intestino), la llamada 'microbiota', son un poderoso baluarte de nuestras defensas inmunitarias, capaces de prevenir numerosos cánceres y de potenciar la eficacia de la quimioterapia y la inmunoterapia contra el cáncer. Mientras que otras bacterias "malas" presentes en la cavidad bucal (sobre todo de los fumadores o de quienes abusan del alcohol) pueden aumentar el riesgo de cáncer. Las pastillas de bacterias buenas o incluso el "trasplante" de biomasa procesada por bacterias son, por tanto, "un posible objetivo a alcanzar".
NO EXISTE UNA PASTILLA 'MÁGICA'
Aunque la 'pastilla mágica' no existe en la actualidad, lo cierto es que la mejor estrategia disponible hoy en día para prevenir el cáncer es seguir estas reglas: dieta, actividad física, reducción del sobrepeso, abstenerse de fumar y controlar la ingesta de alcohol. "Al menos el 30% de los cánceres pueden prevenirse manteniendo una dieta adecuada y practicando una actividad física regular", subraya el experto.
Si a los malos hábitos de vida añadimos una exposición excesiva al sol y la contaminación atmosférica, los investigadores afirman que hasta nueve de cada diez cánceres dependen de estos factores en conjunto y, por tanto, son potencialmente evitables".
Por ejemplo, alrededor del 75% del riesgo de desarrollar cáncer de colon parece deberse a la dieta, del mismo modo que el 80% del riesgo de cáncer de piel está relacionado con la exposición al sol y el 75% del cáncer de cabeza y cuello se debe al alcohol y al tabaco. Y no menos importantes son las pruebas preventivas. "Exámenes (mamografía, prueba de Papanicolau, prueba de Sof) que pueden salvar vidas porque ayudan a descubrir la posible presencia de lesiones precancerosas o neoplasias en sus fases iniciales", concluye.
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